domingo, 6 de diciembre de 2009

Moraleja, moraleja...


El arte para los niños


Ella estaba sentada en una silla alta, ante un plato de sopa, que le llegaba a la altura de los ojos. Tenía la naríz fruncida y los dientes apretados y los brazos cruzados. La madre pidió auxilio:
-Cuéntale un cuento Onelio -pidió-, Cuéntale, tú que eres escritor.
Y Onelio Jorge Cardoso, esgrimiendo una cucharada de sopa, comenzó su relato:
- Había una pajarita que no quería comer la comidita. La pajarita tenía el piquito cerradito, y la mamita le decía "Te vas a quedar enanita, pajarita, si no comés la comidita" Pero la pajarita no hacía caso a la mamita y no abría su piquito...…
Y entonces la niña lo interrumpió:
- Que pajarita de mierdita-opinó.


Eduardo Galeano

viernes, 4 de diciembre de 2009

Lo que algunos no quieren ver

Los nadies
Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el
pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos.
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la
crónica roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.

Eduardo Galeano